EL MANEJO DE LA CRÍTICA: ¿CRITICAS O TE CRITICAN? ¿CÓMO LO LLEVAS?
Dña.
Ane Miren Sierra Charola
Técnico Superior en PRL
Area de Actividades Preventivas Mutua MAZ
Psicóloga General Sanitaria
La percepción, para la
psicología, es una actividad mental que se ocupa
de dar paso a determinada información, al sujeto que percibe
y garantiza que la información retomada del ambiente, pueda
permitir la formación de abstracciones, juicios, categorías,
conceptos, etc.
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La
percepción, genera estados internos tales como
las ideas, que informan sistemáticamente sobre
la construcción del mundo físico y sus transformaciones. Los
eventos del mundo externo son organizados a través de
juicios categoriales que se encargan de encontrar una
cualidad que represente de la mejor manera posible a los
objetos.
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Pero
veámoslo más claro a través de este cuento:
CUENTO DEL OASIS
A
un oasis llega un joven, toma agua, se asea y pregunta a un
anciano que se encuentra allí descansando:
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“¿qué
clase de personas viven aquí?
El anciano le pregunta: ¿qué clase
de gente había en el lugar de dónde tú vienes?
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“un montón de gente egoísta y mal
intencionada”, replicó el joven.
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“Estoy encantado de haberme ido de
allí”.
A lo cual el anciano comentó: “Lo
mismo habrá de encontrar aquí”.
Ese mismo día otro joven se acercó a beber agua al oasis y
viendo al anciano preguntó:
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“¿qué clase de personas viven en este
lugar?”
El viejo respondió con la misma
pregunta: ¿qué clase de personas viven en el lugar de donde
tú vienes?
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“Un magnífico grupo de personas,
honestas, amigables, hospitalarias. Me duele mucho haberlos
dejado”.
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“Lo mismo encontrarás aquí”,
respondió el anciano
Un hombre que había escuchado ambas
conversaciones le preguntó al viejo:
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¿Cómo es posible dar dos respuestas tan diferentes a la misma
pregunta?
A lo cual el viejo contestó: “Cada
uno de nosotros solo puede ver lo que lleva en su corazón”.
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“Aquel que no encuentra nada bueno en los lugares donde estuvo
no podrá encontrar otra cosa aquí ni en ninguna otra parte”.
MAESTRO: “Si te sientes dolorido por alguna causa
externa, no es eso lo que te perturba, si no tu propio juicio
sobre ella”.
FUENTE INTERNET. AUTOR DESCONOCIDO
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La percepción podría ser el preámbulo que nos acredita para
opinar, juzgar o criticar. ¿Cuál es tu percepción?¿ qué opinión
te merece?
Critica,
deriva del latín “Criticus”, identifica la opinión, examen o
juicio que se formula en relación a una situación, servicio,
propuesta, persona u objeto.
Según la RAE, puede significar dos
cosas: analizar pormenorizadamente algo y
valorarlo según los criterios propios de la
materia que se trate y hablar mal de alguien, o de
algo, señalar un defecto o una tacha suyos”.
La palabra favorita de casi todas las críticas es “debería/as
haber hecho… dicho…”. En general la crítica no para nunca,
encadena hechos y situaciones, acostumbra a servirse de
generalizadores como: todos, nadie, siempre, nunca. Tiene
una memoria sorprendente para recuperar acontecimientos fallidos
del pasado, estableciendo augurios calamitosos en el inmediato
futuro, en cuestión de milisegundos.
Mayoritariamente cuando se escucha y/ o
recibe una crítica, asistimos a un acontecimiento estresante, no
suele dejarnos indiferentes y suele traer como consecuencia, ciertos
cambios internos que acostumbran a perdurar durante un tiempo
en nuestra memoria, con consecuencias corporales.
Es diferente criticar que ser criticado.
Cuando criticamos, estamos señalando fallas, defectos que
pueden significar determinados cambios emocionales en quien
recibe nuestras palabras. El impacto que pueden ocasionar nuestras
verbalizaciones, suele obviarse con la idea preestablecida de que
estamos siendo “constructivos” “sinceros” “honrados”.
¿Sentimos verdadero y genuino respeto por quien es receptáculo de
nuestras palabras? ¿Aportamos orientaciones con el ánimo de provocar
cambios positivos? ¿Realmente estoy realizando un análisis
pormenorizado y con conocimiento verdadero sobre el motivo que me
lleva a criticar? ¿Nos planteamos en qué medida puede afectar
nuestro comentario?.
Criticar por criticar es destructivo,
atenta contra la autoestima de las personas. Es fácil encontrar
fallas e imperfecciones. Lo verdaderamente constructivo es
proponer alternativas, facilitar propuestas, teniendo siempre
presente la posibilidad de proponer una salida digna para
nuestros interlocutores. Esto requiere tener empatía, tacto y
dedicación. No dejes sin alternativas a tus interlocutores
Desarrollar un estilo de conducta basado en la crítica, nos aleja
de las personas.
Criticar, puede ser un reflejo de nuestras propias
autovaloraciones, proyectadas en los demás. Pueden
representar un reflejo de perfeccionismo, auto exigencia y rigidez,
incluso pueden señalar nuestra poca o escasa tolerancia hacia los
errores ajenos, porque así es como nos tratamos a nosotros mismos.
Puede ser reflejo de un sentimiento de inferioridad,
disfrazado en una valía personal, que se nutre de criticar
destructivamente a los demás. ¡Ojo a este dato!
Es imperativo en vez de criticar, expresar nuestra opinión,
teniendo siempre presente nuestro lenguaje no verbal, procurando
palabras que no generen tensión o conflicto, palabras ligeras que no
pesen y denoten negatividad: Filtra tu vocabulario, la
sinceridad malentendida duele. El cerebro no diferencia una
palabra hiriente de una herida sangrante, puesto que utilizan
idénticas zonas cerebrales para generar la respuesta
correspondiente. Revisa honestamente tus
intenciones antes de comunicar: construyes, sumas o
destruyes, alejas, separas…
¿Cuántas críticas realizas al día? ¿Cuantas críticas
escuchas desde que te levantas hasta que te acuestas? ¿Acaso, no
hago yo eso que crítico, a veces? Creo que criticar y juzgar
es contagioso. Denota negatividad y merece de toda nuestra atención
si queremos fortalecer y cuidar nuestras relaciones interpersonales.
¿Antes de criticar, pregúntate si tu comentario va a
servir para algo bueno, si suma y no resta. ¿En qué medida puede
afectar mi comentario?.
Como dice Dustin Wood “una percepción positiva del resto de
las personas, indica una satisfacción con nuestra propia vida”.
Cuando
somos criticados, nos visita el malestar interior; es inevitable.
También es inevitable saber que seremos criticados y que
escucharemos muchas críticas a lo largo de nuestra vida. Lo
verdaderamente importante es saber cuánta verdad puede albergar lo
que escuchamos con honestidad. Aprovecharlo para nuestro
crecimiento, y si la crítica solo incluye una censura y representa
una merma de nuestra creatividad, las personas maduras aclaran
cuanto antes posibles malos entendidos; De esta manera no estarás
actuando defensivamente o incluso contraatacando (“tú más”). Es
saludable distanciarse de nuestro crítico interno y de la persona
que tiene por deporte criticar: porque debilita.
Identifica la fuente de la crítica, el tono en
el que se realiza, piensa si es merecedora de tu implicación y
réstale importancia. Haz un ejercicio donde te deshagas de lo
dañino y utiliza exclusivamente lo que contenga una
verdad.
Recuerda que la única medida que valora el impacto de una
crítica normal frente a una tóxica, es el sentimiento resultante y
la conducta que se despierta dentro de tu persona, si te abre a
otras realidades no contempladas anteriormente, o si te retrae y
merma.
La experiencia de sentirse rechazado a través de un
juicio o una crítica, la percepción subjetiva de humillación, la
percepción de una valoración negativa, hacia mi persona, pensando
que es una retroalimentación constructiva en realidad pueden
equivaler a recibir o espetar un puñetazo en la boca del estómago.
Para finalizar, no estaría de más incorporar algo tan
verdadero como lo expresado por la Madre Teresa:
“Quien dedica tiempo a mejorarse a sí mismo, no tiene tiempo
para criticar a los demás”.