Por otra parte, la historia de la MAZ durante estos años no permanecerá ajena a los cambios políticos y sociales que se estaban gestando. En dichos cambios influirá especialmente la desigual y contradictoria evolución seguida por la economía, ya que si bien entre 1914 y 1918, la I Guerra Mundial había supuesto, gracias a la neutralidad de nuestro país, un estímulo para el desarrollo de muchos sectores económicos (minería de carbón, azucareras, alcoholeras o  materiales de precisión), otros no tuvieron tan buenos resultados (harineras o minería de hierro) Al mismo tiempo, estos cambios productivos y ciertos movimientos especulativos fueron acompañados por un desmesurado aumento de los precios (70 por 100 en cuatro años), lo que originó crecientes protestas y contribuyó a radicalizar el potente movimiento obrero básicamente de ideología libertaria existente en Aragón.

“En 1917 Zaragoza será la segunda provincia con mayor número de huelgas laborales”

Paralelamente, un buen número de pequeños y medianos empresarios, con el objeto de coordinarse para mantener las relaciones laborales tradicionales frente al creciente protagonismo sindical y también como reacción a la huelga casi general de otoño de 1911, crearon a mediados de diciembre de ese mismo año, la Federación Patronal del Comercio y de la Industria de Zaragoza cuya primera Junta Directiva estará presidida por el empresario metalúrgico Ramón Mercier que posteriormente (1916-1917) ocupará la Presidencia  de MAZ.

      Todas estas circunstancias estarán en el origen del extraordinario aumento en el número de conflictos que tendrán lugar durante estos años. En concreto en 1917, el año de la gran huelga general en todo el país, Zaragoza será la segunda provincia con mayor número de huelgas laborales, pasando a ocupar el primer puesto al año siguiente. En muchos casos estos conflictos derivarán en actos de violencia, especialmente importantes a partir de 1920, y entre los que destacó el asesinato, en junio de 1923, del cardenal Soldevilla arzobispo de Zaragoza.  Finalmente, en septiembre de ese mismo año, se produjo el Golpe de Estado del General Primo de Rivera, que protagonizará un periodo dictatorial caracterizado por una combinación de represión hacia gran parte del movimiento obrero, junto con la realización de proyectos modernizadores y la puesta en marcha de importantes infraestructuras. No obstante y, pese a conseguir frenar gran parte de los movimientos de protesta, no logrará solucionar las causas últimas que los desencadenaban.

      Toda esta violencia social y política que atenazó a la sociedad de la época tocó de cerca a la Mutua en la persona de su entonces Presidente José Salvador, quien sufrió un atentado a las siete de la tarde del día 6 de diciembre de 1922, mientras  se dirigía caminando a su vivienda en la calle Gil de Jasa. Tuvo la fortuna de que de los varios disparos que le hicieron, únicamente dos le alcanzaron, y en órganos no vitales, lo que le permitió una recuperación casi total. No obstante, desde entonces redujo notablemente su implicación en la dirección de la Mutua. Como motivo del atentado se especuló con los problemas laborales que existían en la obra que como contratista estaba realizando en Puerta del Carmen.
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