Simultáneamente se estaba iniciando el  proceso de cambio de la normativa sobre asistencia social. En 1883 el Gobierno había creado la Comisión de Reformas Sociales, que tras diecisiete años de eternos debates, dio por fin, entre otros frutos, la legislación sobre Accidentes de Trabajo que, publicada el 31 de enero de 1900, fue conocida como “Ley Dato”, tomando su nombre de quien entonces era Ministro de Gobernación, Eduardo Dato Iradier. Dicha ley establecía la obligatoriedad para las empresas de hacer frente a los accidentes de sus trabajadores, accidentes que el creciente proceso de industrialización había incrementado notablemente.

“ Como algo novedoso para la época, se contrató un ingeniero inspector de riesgos laborales”

Fruto de todas estas circunstancias, en la creación de la Mutua de Accidentes de Zaragoza, la más veterana de las que hoy conforman nuestra Mutua, convergieron varios factores. Por un lado la promulgación de la nueva ley y la presión que los trabajadores y sus organizaciones ejercían para dar solución a situaciones en muchos casos de gran conflictividad;  Por otro, la existencia de un grupo de empresarios con cultura asociativa y con una visión moderna del progreso industrial que deciden mancomunar el riesgo frente a las nuevas responsabilidades que la Ley les atribuye; Y por último, la particular idiosincrasia emprendedora y avanzada de alguno de sus asociados, entre los que cabría destacar figuras como la de su fundador y primer Presidente, el Ingeniero, Militar y Alcalde de Zaragoza Amado Laguna de Rins, o la de uno de sus socios, Basilio Paraíso, Presidente de la Cámara de Comercio, del Centro Mercantil, Senador vitalicio y la figura más destacada en la organización en 1908 de la Exposición Hispano Francesa de Zaragoza.

Así, el 18 de mayo de 1905, tuvo lugar en el Salón de Fiestas del Centro Mercantil Industrial y Agrícola de Zaragoza la sesión constitutiva de la Mutua de Accidentes de Zaragoza. En ese espacio tan representativo de la vida social y económica de la época, noventa y siete industriales aragoneses eligieron a su Presidente D. Amado Laguna de Rins y a su primer Consejo de Administración, integrado además por D. Ambrosio Lizabe, como Vicepresidente y los vocales D. Felipe Securún, D. José Lacort, D. Ramón Mercier, D. Lorenzo Solsona y D. Florencio Benedicto.

      Las dos décadas posteriores a la fundación se emplearon en dar forma al proyecto que con tanto entusiasmo habían iniciado. Tuvieron su  primera sede en un segundo piso del Paseo Independencia nº12, donde compartían oficinas y atención clínica los primeros ocho empleados que tuvo la entidad: el Director D. Arturo Landa de la Torre, tres médicos, un  practicante, dos auxiliares administrativos y también, como algo novedoso para la época, un ingeniero inspector de riesgos laborales. Sobre las circunstancias en que se desarrollaba su trabajo, baste reseñar a modo de ejemplo, la inclusión en el inventario de diciembre de 1906, de un brasero de latón para calentar el piso, como uno de los bienes que manifestaba poseer la Mutua de Accidentes de Zaragoza.

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