No obstante, pese a estos problemas y también pese a que el capital aragonés nunca formará parte de las elites económicas españolas, en éstos años se crearán instituciones financieras de la importancia de la Caja de Ahorros y Préstamos de la Inmaculada Concepción de Zaragoza (en 1905, el mismo año en que nació nuestra Mutua), el Banco Aragonés de Seguros y Crédito (1906), el Banco de Aragón, o el Banco Zaragozano (1910) 

“A principios  de 1917 la Mutua se traslada a su primer edificio en propiedad”

Se constituyeron también importantes empresas de larga trayectoria en la economía aragonesa como Eléctricas Reunidas de Zaragoza (por fusión, en 1910, de otras preexistentes), Criado y Lorenzo (1911), Maquinista y Fundiciones del Ebro (creada en 1911 por Albert Bressel), Joaquín Guiral (posteriormente, GIESA), Material Móvil y  Construcciones (fundada en 1920 a partir de Carde y Escoriaza) o Pastas Alimenticias Romero (en 1926).

      Hay que destacar por último que en 1923 uno de los mutualistas de MAZ, el aragonés Camilo Bellvis Calatayud, consigue mejorar la vida cotidiana de sus coetáneos gracias a la invención y fabricación en su empresa CBC, de la hoy universalmente utilizada olla exprés.

      Paralelamente, en 1906, año en que Ramón y Cajal recibe el Premio Nobel de Medicina, se inaugurarán las importantes obras del Canal de Aragón y Cataluña. También,  en enero de 1915, tres años después de la llorada muerte de Joaquín Costa, una Ley ordena la puesta en marcha del Plan de Riegos del Alto Aragón, sistema de regadío en el que todavía hoy se está trabajando; y posteriormente, en 1926, se crea la actual Confederación Hidrográfica del Ebro.

      Durante estos años tuvo lugar también un acontecimiento que marcó particularmente a los aragoneses de principios de siglo, la celebración de la gran Exposición Hispano Francesa de 1908, en cuyo desarrollo jugaron un  papel fundamental varios de nuestros mutualistas y que, ubicada en la conocida como Huerta de Santa Engracia, servirá no sólo para dinamizar la vida comercial e industrial zaragozana, sino también para urbanizar una de las zonas más céntricas de la Zaragoza moderna. Será además en una de esas calles remodeladas (Sancho y Gil) donde se construirá más adelante la más emblemática de las sedes de la MAZ.

      Respecto al desarrollo de nuestra Mutua, tras unos primeros años de funcionamiento, la limitada capacidad del espacio inicialmente ocupado, y algunas protestas de los vecinos ante el tránsito de accidentados por el edificio, hicieron imprescindible pensar en el traslado. A principios  de 1917, el mismo año que se acuerda la extensión de su ámbito de actuación a todo Aragón, la Mutua se traslada a su primer edificio en propiedad  situado en la calle San Miguel nº 28,  donde dispondrá de una unidad de Rayos X, sala de operaciones y una habitación para hospitalizaciones urgentes. En estas instalaciones que se irán adecuando poco a poco a las nuevas necesidades de la Mutua, permanecerán diez años, hasta que el crecimiento en el número de asociados imponga de nuevo la necesidad de ampliar las instalaciones.

      Aunque modesta, la evolución de nuestra entidad durante esos años ya fue positiva, el número de empresas asociadas se fue incrementando paulatinamente, pasando de 173 en 1906 a 1.008 a finales de1927; al mismo tiempo, los trabajadores incluidos en la Mutua, que en 1906 eran 1.012, cuando termine 1927 serán ya 5.368.

      En cuanto a la presidencia de la entidad, tras el fallecimiento el 20 de junio de 1907 del fundador Amado Laguna de Rins, el cargo será desempeñado sucesivamente por otros nueve empresarios zaragozanos: D. Ambrosio Lizabe Arpide (1908 a 1910), D. Ignacio Andrés Xapell (1910 a 1913), D. José Gimenez Torres (1913 a 1916), D. Ramón Mercier Landaida (1916 a 1917), D. Santiago Vicente Bergés (1917 a 1919 y 1923 a 1924), D. Cesáreo Oliver Cerdán (1919), D. Ignacio Gasca Laguna (1919 a1922), D. José Salvador Carasusán (1922 a 1923) y D. Cándido Fayanás Cabodevilla (1924 a 1929).

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