“Las emociones en el vínculo fisioterapeuta-paciente y su influencia en el proceso de recuperación en pacientes politraumatizados”.
Alicia Blasco, fisioterapeuta del Hospital MAZ defendió un poster científico en el Congreso Internacional de Inteligencia Emocional que se celebró en Zaragoza del 17 al 19 de mayo de 2013.
El trabajo que presentó se basa en “Las emociones en el vínculo fisioterapeuta-paciente y su influencia en el proceso de recuperación en pacientes politraumatizados”.
Tener en cuenta el estado emocional de cada uno de los pacientes hace que se adapte el tratamiento a sus necesidades y mejora tanto la recuperación como el tiempo de tratamiento.
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“La inteligencia, sea emocional o de cualquier otro tipo, o es social o no es inteligente”, Eduard Punset.
“La relación entre emoción y salud es evidente. Se ha demostrado que las emociones negativas contribuyen a disminuir las defensas del sistema inmunitario y por lo tanto predisponen a contraer enfermedades. En cambio, las emociones positivas contribuyen a aumentar nuestras defensas, y en consecuencia pueden funcionar como prevención”, Rafael Bisquerrá.
La vida se basa en ir cubriendo nuestras necesidades. Para cubrirlas, la mayoría de las veces necesitamos contar con otras personas, es decir, relacionarnos. En toda relación surgen emociones y éstas influyen de forma notable en nuestra interacción con el medio y en la manera de percibir nuestro mundo particular.
Los pacientes politraumatizados físicamente, (y los pacientes en general con pérdida de salud o disfunción por enfermedad y/o accidente) también lo están a nivel emocional.
Hay un duelo emocional que pasa por diferentes fases (Kübler Ross) que el paciente tiene que transitar para llegar a la aceptación de la nueva situación.
La falta de conocimiento de éstas fases, así como la falta de herramientas en el personal sanitario para atravesarlas, provoca una serie de frustraciones en la relación sanitario-paciente que se traducen como emociones más del tipo negativo, que pueden dificultar el tratamiento físico.
Crear un vínculo de confianza en el que la empatía, la honestidad, la responsabilidad y la capacidad de tolerancia y adaptación por toda persona que trate al paciente, hace que se generen emociones positivas y que se cree así un clima que favorece a que el organismo reaccione mejor a los tratamientos.
Esto, en el caso del fisioterapeuta se incrementa ya que la mano del fisioterapeuta al aplicar el tratamiento, establece un contacto físico que profundiza el vínculo, además de que el tratamiento se puede prolongar desde semanas a incluso años.
Este vínculo de confianza es necesario también crearlo entre el equipo multidisciplinar, ya que muchas veces, la desigualdad de criterios, la falta de tiempo, la falta de comunicación entre ellos…origina también relaciones en las que las emociones negativas interfieren en la confianza entre distintos profesionales creando un clima de confusión que no favorece el camino a la recuperación y sobre todo a la aceptación de la nueva situación al paciente.
Educar emocionalmente, así cómo crear grupos de trabajo en donde se favorezca la comunicación entre personal y la aplicación de estos conceptos, ayuda a establecer la confianza entre el personal para así podérsela transmitir al paciente.
En confianza y positividad todos funcionamos mejor.
Es lo que el Congreso ha destacado y afirmado por UNANIMIDAD.
Alicia Blasco Fisioterapeuta. Terapeuta GestaltMáster en Psicología de los trastornos y de la Enfermedad