Mientras se adaptaba a todos estos cambios y con el fin de incrementar la efectividad y facilitar la utilización de sus servicios a los usuarios últimos, la MAZ se fijará, entre otros, el propósito de crear en diversas localidades y polígonos industriales una red de delegaciones y centros asistenciales que permitieran acercar, en mejores condiciones y a un mayor número de usuarios los servicios que facilitaba la Mutua.

“En 1977 se pone en funcionamiento una unidad móvil de reconocimientos médicos para facilitar el servicio a los accidentados”

La realización de esta labor obligará a la MAZ a realizar un notable esfuerzo económico y organizativo para dotar de suficientes medios humanos, materiales y técnicos a todos estos Centros, con el fin de situarlos en condiciones óptimas para prestar el servicio que sus asociados pudieran requerir.

Así entre 1970 y finales de 1978 y, mientras se iba planificando el nuevo Centro de Rehabilitación, la Mutua pasara de tener un único Centro asistencial y administrativo a contar con Delegaciones y Ambulatorios en Huesca (1972), Ejea de los Caballeros (1975), en los polígonos zaragozanos de Malpica y Cogullada (1976), Cuarte de Huerva (1977), Tauste (1978), polígono San Valero (1978), en las localidades oscenses de Fraga y Monzón (1978) y en el municipio de Calanda, en Teruel (1978)

      Además de esta expansión geográfica y, con el fin de desarrollar al máximo las prestaciones sanitarias, recuperadoras y rehabilitadoras, a las que ahora se dedicaba exclusivamente, ya en 1967 adquirió una edificación en Zaragoza, en la calle Maestro Estremiana nº 28 a donde tras las reformas pertinentes se trasladarán las instalaciones de recuperación funcional de MAZ. Posteriormente, el 19 de mayo de 1969, se inauguraron también las instalaciones asistenciales del nuevo edificio en San Miguel nº 32-34 que permitirá cubrir las cada vez más importantes necesidades que el crecimiento de la Mutua generaba.

      Asimismo, se enmarcará en  este interés por facilitar el servicio a los accidentados, la puesta en funcionamiento en 1977, de una unidad móvil de reconocimientos médicos, extracción de sangre y  fotoseriación.

      Al mismo tiempo que se llevaban a cabo todas estas infraestructuras, no se descuidarán las labores de formación, de manera que se pondrá especial interés en la edición de todo tipo de publicaciones y documentación, así como en la organización de numerosos cursos sanitarios y de prevención. Entre ellos se pueden citar los Cursos de Seguridad en el Trabajo para la capacitación como “Mandos de Prevención de Accidentes”, realizados desde principios de los años 60, la Semana de Prevención y Seguridad en octubre de 1969,  las conferencias del Dr. Martínez Bordiú en febrero de 1973 y del Dr. Grande Covián en febrero de 1977, la colaboración con el VIII Congreso Nacional de Medicina, Higiene y Seguridad del Trabajo celebrado en 1977 o las Jornadas sobre Prevención de Accidentes en Huesca y Fraga en noviembre de 1977, entre otras  muchas.

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