19/08/2014
El síndrome de vuelta al trabajo o estrés post-vacacional, se define como la dificultad para adaptarse a la rutina de la vida laboral tras un periodo de vacaciones donde se ha pasado un tiempo alejado de las responsabilidades de cada día y se han cambiado hábitos, tales como la alimentación, horarios, ciclo del sueño, etc.
· Cansancio o agotamiento emocional. Este síntoma se caracteriza por la pérdida de energía, apatía o desmotivación. · Sentimientos negativos hacia el trabajo. El trabajador no percibe que el propio desempeño del trabajo puede ser gratificante. · Alteraciones del apetito (generalmente con pérdida del mismo). · Desarrollo de síntomas psicosomáticos de estrés. Se pueden presentar cuadros de angustia, ansiedad, dolores musculares… · Alteración de los patrones del sueño. Dificultad para conciliarlo o despertar precoz. · Sentimiento constante de tristeza. La persona se vuelve irritable e intolerante.
· Establecer un período de readaptación, esto es, regresar unos días antes de la reincorporación laboral para poder ir asimilando el cambio, donde debemos volver a nuestros hábitos cotidianos. · Es importante dedicar tiempo para uno mismo e intentar que no todo sea trabajo, planificar algo para crear una “perspectiva de ilusión”. · Fraccionar las vacaciones a lo largo del año, en lugar de tomar los días seguidos. · Regular los horarios y el reloj biológico los días previos al inicio del trabajo, tal como acostarse en los horarios habituales y ser prudentes con las siestas. · Realizar ejercicio físico, ya que al hacer deporte nuestro organismo libera unas sustancias llamadas endorfinas, que reducen el cansancio provocado por el estrés. · Aprender alguna técnica de relajación y practicarla en los momentos de más ansiedad. · No descuidar la alimentación, llevando una dieta equilibrada que nos aporte los nutrientes necesarios para mantener un buen estado físico y mental.
· Horario de trabajo. Diseñar horarios en los que al trabajador le sea posible conciliar su vida familiar y laboral. · Participación. La participación del trabajador en la toma de decisiones que afectan a su trabajo, favorecerá la aceptación de las mismas y fomentará su motivación. · Carga de trabajo. La carga de trabajo debe ser acorde con la capacidad del trabajador para realizar el mismo, evitando situaciones tanto de infracarga como de sobrecarga. · Contenido. Intentar diseñar las tareas de forma que confieran un estímulo para el trabajador y la oportunidad de hacer uso de sus capacitaciones de forma que se favorezca el desarrollo profesional. · Entorno social. Crear oportunidades para la interacción social. · Futuro laboral. Evitar la ambigüedad en cuanto a la estabilidad laboral del trabajador y fomentar el desarrollo de la carrera profesional.